El juego, como método de
enseñanza, es muy antiguo, ya que en las comunidades primitivas era
utilizado de manera empírica en el desarrollo de habilidades en los
niños y jóvenes que aprendían de los mayores la forma de cazar, pescar,
cultivar, y otras actividades que se trasmitían de generación en generación.
Es así como las personas
lograban asimilar de una manera más fácil los procedimientos de
las actividades de la vida cotidiana.
El juego, como forma de actividad
humana, posee un gran potencial emotivo y motivacional que puede y debe ser
utilizado con fines docentes, fundamentalmente en la institución educativa.
Los estudiante de la nocturna
necesitan aprender a resolver problemas, a analizar críticamente la realidad y
transformarla, a identificar conceptos, aprender a aprender, aprender a hacer,
aprender a ser y descubrir el conocimiento de una manera amena,
interesante y motivadora. El juego es una actividad,
naturalmente feliz, que desarrolla integralmente la personalidad de
los estudiantes y en particular su capacidad creadora. Como actividad
pedagógica tiene un marcado carácter didáctico y cumple con los
elementos intelectuales, prácticos, comunicativos y valorativos de manera lúdica.
Por lo tanto el objetivo de esta jornada en la asignatura de
ética era contribuir al desarrollo de habilidades, hábitos,
capacidades y la formación de valores.
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